El recorrido que hice desde que comenzó el Curso de
formación en Producción de Contenidos y Ambientes Digitales Educativos es
inmenso, porque se me abrió un mundo que sabía que existía pero en el que no
había incursionado.
Apenas estoy comenzando a visualizar las enormes
posibilidades que tenemos al alcance de la mano para mejorar y potenciar el
trabajo en el aula, acercándoles a los chicos formatos y lenguajes que para
ellos sí son más cotidianos y reales. Son esas “experiencias anfibias” de las
que habla Maguregui,
en la que se pueden complementar y confluir diversas herramientas que posibilitan
un aprendizaje experimental, vivencial.
Esos caminos son los que me estoy animando a transitar, con
más dudas que certezas pero con el entusiasmo de quien sabe que es por ahí por
donde hay que caminar…
Cuando empecé el curso, ni siquiera tenía Facebook!! Y de
golpe y sin anestesia entré al otro mundo construyendo un blog y un twitter
(con la ayuda de mis hijas, debo confesar)
Por un lado, las TICs son el súmmum de la obsolescencia
programada (les recomiendo que vean el documental “"Comprar, tirar, comprar": la
historia secreta de la obsolescencia programada”, producido por la televisión
española)
Por el otro, posibilitan las producciones colaborativas, la
experimentación, la conectividad sin fronteras, donde los consumidores/usuarios
tenemos un rol activo y creativo, y podemos convertirnos en productores/realizadores.
Muchas cosas están cambiando en la escuela y especialmente
con los docentes que le vamos perdiendo el miedo a las tecnologías y avizorando
el potencial que nos brindan si se trata de que los alumnos aprendan motivados
y participen activamente de este proceso. Repensar nuestras prácticas
educativas incorporando nuevas prácticas, nuevos formatos.
Las primeras señales llegaron cuando las netbook
desembarcaron en las escuelas públicas, donde los alumnos de menos recursos
pudieron llevar a sus casas y a sus familias una herramienta que comenzaron a
compartir con sus padres que, en muchos casos por primera vez, podían tener en
sus manos. Quizás el cambio no se notó tanto en las aulas, porque al no tener
conexión en las escuelas, las clases siguieron casi iguales.
De todas maneras, cada vez más docentes están buscando y experimentando
nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. La cantidad de experiencias creativas
que se pueden ver en la web dan cuenta de este fenómeno.
Destaco algunas puntas que se me fueron apareciendo en este
camino vertiginoso e incierto para llegar a ser una ciudadana digital. Siemens
nos dice: “La vida media del conocimiento es el lapso de tiempo entre el momento
que el conocimiento es adquirido y se vuelve obsoleto”. Lo importante es poder
usarlo cuando se lo necesita, y tener la habilidad para conectarse con las fuentes
de conocimiento adecuadas. Estas habilidades se van a hacer
imprescindibles para los alumnos y docentes 2.0. Habrá que estar preparados
para no quedar obsoletos como los aparatos tecnológicos.